Continuamente escuchamos la frase: “Dicen los expertos que…”, seguida de alguna afirmación en la que nos alertan y nos dan pautas a seguir; Son unos señores que saben mucho sobre un tema en concreto y que por lo visto, nosotros debemos seguir al pie de la letra sus indicaciones. Y yo me pregunto: ¿Quiénes son estos señores? ¿Quién decide que beber 3 litros de agua al día es sano y por qué hay otros que aconsejan totalmente lo contrario?
Por ejemplo, leía el otro día que en los años 50, algún experto calificó la televisión como un invento absurdo y decía que nadie se iba a entretener con esa caja tonta; también está el ejemplo de los que decían que ¿Quién iba a querer tener un ordenador personal en casa?. El tiempo les ha quitado toda la razón.
A veces circulan rumores o comentarios que nadie sabe de dónde provienen, pero nos lo creemos todo. Pongo un ejemplo de conversación: “-Dicen que van a cerrar el Mercadona de la esquina. - ¿Quién dice eso? -Pues no sé, pero lo he oído. -Ay, qué lástima, con lo bien que me iba.” Y ya damos por hecho que en un mes está cerrado.
También circulan todo tipo de consejos y leyendas de dudoso origen en la red de redes, previniéndonos de mil adversidades o dando consejos sobre la salud, eso sí, siempre avalados por los famosos “expertos”. No cesan de llegar montones de mensajes enviados en cadena una y otra vez ya que por si acaso tuvieran razón, los reenviamos para salvar algunas vidas.
En estos días me llegó un mensaje de email informando que el uso de desodorantes antitranspirantes puede causar cáncer de mama. Pues bien, dicen los expertos que esta afirmación es errónea ya que no hay pruebas epidemiológicas ni experimentales que demuestre una relación directa entre estos desodorantes y el cáncer de mama. ¿Serán esos expertos los mismos de las compañías de este tipo de desodorantes, los que difunden ese mensaje tranquilizador?, ¿A quién creemos?
Un día me gustaría inventar un rumor o consejo y ponerlo a circular por la red, sólo para comprobar si dentro de algunos años me viene devuelto y así poder vanagloriarme de pertenecer al privilegiado grupo de “expertos” que abundan en nuestra sociedad.