Empiezo a estar cansada de tantas ofertas publicitarias. Continuamente recibo llamadas a mi móvil o a casa para ofrecerme diferentes servicios, principalmente, son compañías telefónicas que me prometen cualquier cosa con tal de que les haga un contrato. Yo no sé si ocurre lo mismo en otros países, pero en España, esta guerra de las compañías de telecomunicaciones, no está saturando.
Últimamente me han llamado de todas las compañías habidas y por haber en este país. La conversación es la siguiente: “-Buenos días Doña X, permítame presentarme, soy tal, de la compañía tal y tengo el gusto de ofrecerle las nuevas tarifas con las que usted se va a ahorrar...” y así siguen, casi sin respirar hasta que han leído de carrerilla todas las maravillas que tienen que ofrecernos. Al principio les escuchaba pacientemente, pero si les hacías alguna pregunta que no estaba en su “guión”, ya los descolocabas y no sabían cómo responderte, pero cualquier respuesta siempre era positiva, con tal de vender, te responden cualquier cosa que quieras oír, aunque no sea cierta. Son como robots. Leen y leen y no escuchan nada de lo que les digamos nosotros.
Ahora directamente les digo que no me interesa. Me dicen “señora, pero si no me ha dejado explicarle, ¿cómo sabe que no le interesa? Y les respondo que no importa lo que me ofrezcan, no me voy a cambiar de compañía telefónica, por lo que no debemos perder el tiempo ni ellos ni yo.
Yo entiendo que tal como está la situación laboral en España ahora mismo, con casi 5 millones de parados, estos “agentes” tienen un empleo más, en el que deben ser diligentes e intentar convencer a los posibles clientes, pero llega un momento en que no es soportable y al final creo que voy a optar por colgar sin hablar. Así no perdemos el tiempo y se pueden dedicar a convencer algún incauto que aún le quede la paciencia necesaria y las ganas de embarcarse en la gran aventura que supone cambiar de compañía telefónica.
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