El otro día leía un artículo interesante sobre una Bóveda construida cerca del Polo Norte, cuya finalidad principal es preservar y mantener seguras los recursos vegetales más importantes para la alimentación y la agricultura.
Allí se guardan semillas de todo tipo (de momento ya hay muestras de más de medio millón de semillas de diferentes especies y de varios países, entre ellas más de 3000 de España) y la finalidad de esta bóveda es protegerlas de cualquier cambio que afecte el planeta, tales como una guerra, una subida del nivel del mar, el calentamiento del planeta u otras situaciones que pongan en peligro dichos tesoros.
Ésta bóveda está situada en una moderna mina a 120 metros de profundidad en las Islas Svalbard, (Noruega) y están en un lugar idóneo debido a las bajas temperaturas que retrasan el envejecimiento de las semillas y garantiza una refrigeración natural.
El material está permanentemente custodiado y organizado en cajas con códigos que especifican la procedencia de cada semilla y cada vez más países se animan a enviar sus especies, ya que , según cuenta el artículo, muchas semillas se pierden en guerras o desastres naturales.
Lógicamente, con el paso del tiempo, las semillas perderán su capacidad de germinar e irán muriendo, pero algunas serán extraídas de las muestras almacenadas, serán plantadas y luego se recolectarán semillas nuevas y frescas que serán reincorporadas a la cámara.
Este artículo me hizo pensar en que deberían haber varias minas como esta, pero no sólo para guardar semillas, sino para preservar una pequeña muestra de nuestro paso por la vida. Debería haber un lugar con una pequeña representación de muestras de arte, de objetos que son iconos a nivel mundial, un lugar bien protegido de cualquier catástrofe, donde si alguna vez el planeta dice “¡Basta!” y alguna de las tantas predicciones que vaticinan el fin del mundo se hace realidad; lo encontrara alguna nueva civilización e intentaran descubrir cómo fue la vida humana, igual que nosotros hemos hecho con los dinosaurios.
Sería difícil elegir lo que se debería guardar allí; encontrar muestras de objetos que representen a toda la humanidad no es tarea fácil y más teniendo en cuenta los diferentes intereses que tiene cada país y lo que es importante para unos, no lo es para otros; pero lo que sí está claro, es que esa nueva civilización se dará cuenta de lo estúpidos que fuimos al cargarnos el planeta, precisamente por nuestro afán de fabricar, reproducir y consumir todos esos objetos que estarían allí guardados.
Yo escogería otros objetos para preservar en esa especie de burbuja, y no una colección de obras de arte, porque creo que estas son para disfrutarlas ahora que estamos por aquí.
ResponderEliminarNo me preguntes qué objetos, pero estoy seguro que hay cosas más importantes que dejar como legado, una colección de obras de arte, la cual podría ser incluso discutible, y a lo mejor lo que para uno es una obra de arte, para otro es una mamarrachada.
Hola Javier, yo no digo que haya que poner un museo enla burbuja, sino que algún cuadro representativo de diferentes épocas y otros objetos que sean iconos. Un saludo!
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